miércoles, 29 de julio de 2015

Angustia



Imagínate que estas en un bote sólo 
remando en un mar sin peces sin nada, 
tal vez sin ningún sol o una luna, 
sin preocuparte de que si tienes hambre o sed, 
en aquel lugar no sientes absolutamente nada.

Imagínate que estas remando sin parar 
y horas después te das cuenta de que 
ese mar no te lleva a ningún lado, 
que te engaña con su oleaje ligero 
que te hace parecer que te mueves pero no.

Imagínate que te zambulles en aquel mar 
y sientas que ese mar es muy salado de lo normal, 
pero de igual manera sigas nadando buscando un buen lugar.

Imagínate que encuentras una isla desierta
 con solo arena y unas cuantas piedras, 
sin ninguna sombra ni palmeras.

Imagínate viendo tu propio reflejo
 a través del mar y te des cuenta que 
no tienes ninguna expresión, que prácticamente no 
reconoces tu rostro.

Imagínate que sientas la necesidad, 
porque tu mente te lo dice, 
de que sientas algo ahí en tu pecho 
justamente en el lado izquierdo 
para que al menos sepas de que estas vivo.

Imagínate que en las noches 
veas el cielo oscuro sin estrellas 
y sin luna y te sientas identificado.

Imagínate que estés acostado sobre 
aquella arena blanca en pleno día sin sol 
mirando aquel cielo azul sin absolutamente nada 
sino solo un manto azul sin arrugas, 
y de nuevo te sientas identificado con ese cielo, 
y que de repente te preguntes mentalmente 
¿esto es un sueño?.

Imagínate que de repente tienes 
conciencia de tu realidad, realmente de lo que 
te está pasando o te pasó, 
y sientas que algo te asfixia dentro tuyo 
y no lo puedas evitar, te desesperas buscando alguna solución 
y lo único que haces es buscar en tus recuerdos 
de ¿qué pasó? Y rememoras todo recordando aquel momento 
en el bote hasta el ahora, y te das cuenta que 
todo se relaciona a ti, 
que todo te parece a ti o 
¿quizás eres tú?...

Imagínate que aceptas todo aquello 
y sientas otra vez el aire; 
y te acercas a aquel mar salado 
y notas que ese mar no es un mar 
sino son tus lagrimas que 
no podías ni verlas y ni sentirlas, tus lagrimas que caían 
suavemente y desapercibida en tus mejillas, 
¿pero realmente querías sentirlas?..

Imagínate que ya sabes o ya te das cuenta en donde 
te encuentras y ves alucinado hacia el horizonte 
una figura humana talvez hombre, talvez mujer 
quien sabe con aquel brillo no lo sabrías.

Imagínate que esa figura humana te dijera:

“Bienvenido al más allá”

-       Kazu Rainz

No hay comentarios:

Publicar un comentario