● Hola a todos aquí otro capítulo de "Relato filosófico" es un poco corto y lo siento por ello, pero les digo que es un relato muy muy bonito, bueno al menos para mi, lo transforme un poco pero tiene más lo real que lo ficticio así que no se preocupen por esa parte, también que tengo pensado otro capitulo que lo subiré la proxima semana y puede que suba un poema de los que tengo guardado en mi carpeta secreta. En fin espero que les guste este relato, y sobre todo todo que lo sientan, en fin, muchas gracias por leer mis obras. Los quiero, saludos ♥ ●
Relato Filosófico – Orión
Saben
tengo una leve obsesión de mirar el cielo estrellado y automáticamente buscar
la constelación de Orión y maravillarme con esa simplicidad, les cuento que
tengo un recuerdo guardado en ella, que va más allá de su historia, más allá de
lo que diga la astronomía y más allá de los años luz en que se encuentra. Orión
para mí, tiene una historia de amor bien guardada, es un tanto tierna, simple…
pero hermosa…
Recuerdo
ese momento perfectamente; recuerdo que fuimos a una excursión del colegio a una
ciudad muy lejana a la nuestra en donde se encontraba un planetario, donde nos
enseñaron lo que hay en el espacio, ya saben los planetas, las estrellas y las
constelaciones, y entramos en una habitación oscura en donde si veías para
arriba veías todas las estrellas (una simulación de cómo se vería realmente el
cielo si fuera 100% oscuro) recuerdo que él estaba a mi lado sabía que no
prestaba atención y ya me dio a entender que no le agradaba para nada la
astronomía.
En
un momento cuando la guía empezó a hablar acerca de 2 estrellas llamadas Alfa y
Omega y de que esas estrellas supuestamente cumplían deseos sobre romance y
entre otras relacionadas, el me agarró la mano, no le di como tanta importancia
porque me gustaba el tema de la astronomía y estaba demasiado atenta a las
informaciones que nos decía esta guía, y al notar eso soltaste mi mano, ya
sabía que harías eso y le resté importancia a la situación.
Cuando
salimos de planetario he íbamos a otro lugar el cielo empezaba oscurecer y las
estrellas se empezaban a notar, muchos empezaron a buscar las estrellas pero
pocos lo divisaban por la velocidad del autobús que nos llevaba, luego llegamos
al lugar destinado y bajamos todos, mientras caminábamos todos te acercaste y me
preguntaste donde estaba Orión, y yo miré al cielo y no sé si fue pura suerte
mía o fue el destino el que me ayudó a encontrar la constelación, y le señalé y
era cosa mía pero pareció que brillaba más cuando él las vio, y al verlas dijo “Entonces
pediré a que me consiga una pareja” y yo di un risita ya que se había
equivocado, y le corregí mostrándole a las dos estrellas Alfa y Omega, empezó a
reír y nos miramos y sonreímos, veía en sus ojos ese brillo que nunca había
visto en él jamás.
Aunque
no haya pasado nada más luego, esa sensación de mirarnos y sonreírnos los dos
fue bonito, porque eso es lo mágico de sentir el amor, que solo con mirarse a
los ojos, y hacer un simple gesto, diga absolutamente todo, y no te imaginas cómo
te sientes luego de eso, es como liberarte de tantas preocupaciones, y eso es
el amor, más allá de todo es verdadero Amor.
Poema del amor pequeño
Fue breve aquella noche. Fue breve pero bella.
Poca cosa en el tiempo, que es también poca cosa
porque nadie ha sabido lo que dura una estrella
aunque todos sepamos lo que dura una rosa.
Nuestro amor de una noche fue un gran amor pequeño
que rodó por la sombra como un dado sin suerte;
pero nadie ha sabido lo que dura un ensueño
aunque todos sepamos lo que dura la muerte.
Una noche es eterna para el que no la olvida,
y el tiempo nada importa para el sueño y la flor;
y, como nadie sabe lo que dura la vida,
nadie sabe tampoco lo que dura el amor.
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José
Angel Buesa
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Kazu rainz