martes, 27 de octubre de 2015

Relato Filosófico – Amor Inalcanzable

● Aquí de nuevo siguiendo con el segundo capitulo de "Relato Filosófico" espero que les guste es una historia personal mía, y bueno espero que lo disfruten mucho y que lo sientan y comprendan. GRACIAS POR TODO ♥ 

Relato Filosófico – Amor Inalcanzable



Recuerdo perfectamente ese día que lo conocí, fue el primer día de clases, yo estaba sentada en uno de los tantos pupitres, era la primera en llegar como siempre, tenía una corazonada de que iba a conocer a alguien, pero nunca presentí que llegaría a enamorarme.

Ese día era bonito, buen clima, digamos que era perfecto, recuerdo que estaba mirando todo los arreglos que se realizó en aquella clase, mientras se llenaban de alumnos con las emociones a flor de piel y las hormonas bastante elevadas, típico de pre-púberes. Llegó un instante en que sentí que todo absolutamente todo se paralizaba, él estaba llegando con una timidez enorme, pero a la vez con ganas de conocer a todo el mundo. Yo estaba cerca de la entrada de la clase con varios compañeros míos, y lo vi y él me vio a mí y sonrió, y fue lo más hermoso que vi en toda mi vida.

En ese momento pasó a lado mío y fue hacia los últimos lugares de la clase; y yo… aún estaba sorprendida, ya que tenía la certeza de que lo había visto pero no recordaba cuando ni donde, luego se acercó y saludó a una compañera mía y ahí recordé donde lo había visto y realmente sentí a la felicidad florecer dentro de mí, al rato nos conocimos mejor, hablamos y pasaron los meses y nos hicimos los mejores amigos, aunque poco o nada nos hablábamos, nos conocíamos perfectamente.

Pasó el año y nuestra amistad era un tanto dudosa, y lo que sentía era algo más que un querer, cada vez que había un acercamiento entre ambos sentía algo realmente hermoso; los abrazos que nos dábamos cada vez que nos veíamos, los saludos con aquellos besos accidentales que sorprendían a ambos pero que luego se volvieron rutina, ya todo era confuso para mí, porque lo veía como si no pasara nada, como si esos besos accidentales no eran accidentales como si el realmente lo quisiera, o como si no haya pasado absolutamente nada.

Y me enamoré, me enamoré, me enamoré y me enamoré, sin previo aviso el amor se adueñó de mí, grabando su nombre en mi corazón para nunca más borrarlo, sintiendo cada abrazo y cada beso accidental como algo único, como algo especial, como lo único que podría tener de él.

Ese amor que sentía por él era algo muy grande, que cada día que pasaba se hacía más y más grande, el problema era que tenía miedo que ese amor que sentía sea rechazado, pero yo sentía que era mutuo ese amor, pero sé que tenía miedo el también, porque nosotros éramos mejores amigos…

Luego pasaron otros años más y aún la llama de ese amor que sentía estaba ahí ardiendo como nunca, pero poco a poco perdía las esperanzas, y poco a poco esa llama iba apagándose. El salía con muchas chicas y me lo contaba, y dolía pero al mismo tiempo era feliz porque el encontró a un amor, aunque a él no lo veía feliz o lleno como si lo veía que le faltaba algo, hasta que pasó el tiempo y en muy poco tiempo terminó la relación que tenía con aquella chica, y volvió a estar feliz.

Yo literalmente, me estaba desesperando, tenía tantas ganas de gritarle al mundo que lo amaba pero tenía miedo y era algo imposible, mi gran miedo era perderlo, perderlo para siempre, y no me perdonaría si lo perdiera, él era mi sostén cuando estaba mal sus abrazos me curaban y me protegían, sus besos me daban más vida aunque que eran besos accidentales rutinarios, lo amaba demasiado…

Pasó un año más y él tenía que viajar lejos de donde vivía, esa despedida mató mi alma, mis esperanzas, pero al menos aquella despedida fue hermosa, y nunca lo olvidaría, un beso nunca se olvida, menos si ese beso viene con mucho amor, aunque fue por varios segundos, ese beso se quedó en mi memoria, porque ese beso es lo único que tengo de él. En aquella despedida, tenía tantas ganas de decirle lo que sentía por él pero simplemente no podía, tenía miedo, miedo de perder lo único que tenía de él, así que con una sola mirada le dije todo lo que sentía en aquel silencio, en aquella noche oscura llena de esperanzas, con dos corazones latiendo como uno pero prohibidos de amor.

A varias millas de donde estoy se fue el amor, un amor invisible para los ojos de los demás, un amor... un amor imposible, un amor que no fue destinado a ser, un amor que vuela por los aires pero que aún se siente y que es motivo de pequeños recuerdos alegres y sonrisas del alma, un amor correspondido pero oculto, un amor indispensable pero inalcanzable…

Preguntas: Por qué temer a lo que pueda pasar? Por qué no darle oportunidad al amor? Por qué el miedo debe estar? Por qué no confiar en la verdad, la que dice el corazón? Por qué no elegir el sentir el verdadero amor? Por qué torturarnos con esos miedos y ocultar ese amor? Es el miedo más grande que el amor que se siente? El miedo es primero que la propia felicidad? O simplemente el destino no quiso que este amor pueda ser.

Amor


-       Kazu Rainz

martes, 20 de octubre de 2015

Relato Filosófico – Noche Lluviosa

● Perdón por la tardanza es que estaba pensando y dudando mucho si subirlo o no, pues bueno ya está aquí una nueva obra, la verdad estoy pensando hacer muchos de estos tipos, dando siempre una relación de alguna escena cotidiana o usual que vea volverlo como un relato aunque no sepa la idea principal de aquella escena que simplemente es una acción, darle algo dramático y filosófico. Pues bueno estaré subiendo ya tengo otro pero lo voy a ir puliendo y entre ésta semana estaré subiendo otra obra. Espero que les guste ésta obra y gracias ♥ 

Relato Filosófico – Noche Lluviosa



Una noche estaba en mi escritorio escribiendo sobre algo poco usual, tal vez algo sin importancia, de repente en una pausa silenciosa de palabras un viento fresco entró a través de la ventana, a ese viento lo sentí un tanto nostálgico y un tanto sabio; era tan grande mi curiosidad por saber el motivo de aquel viento, que dejé sin más lo que estaba escribiendo; entonces fui al balcón y visualicé aquella vista de siempre, aquella civilización perdida, la de siempre, esa que hay por todos lados; automáticamente al ver aquella civilización cerré los ojos e imaginé una vista diferente, una vista más natural, más viva; lo que estaba imaginando era un prado teñido con el color negro por el cielo oscuro de la noche, que si lo detallamos se veían todas las estrellas, pero en el fondo de aquel hermoso prado estaban dos montañas con un ímpetu de grandeza y con un brillo que te dejaban a entender que ellas eran las estrellas de ese lugar, puede que sea algún delirio mío pero bueno me permito delirar entonces, al rato sentí una pequeña gota deslizarse por mi rostro y desaparecer en el suelo, luego cayeron más y más gotas, estaba lloviendo…, pues claro está no hace falta usar la lógica para eso.

Esa noche con aquella lluvia reflexioné bastante, yo solía pensar, bueno lo sigo pensando que la lluvia a uno lo purifica el alma y lo hace sentir lleno de pureza, limpio de devastaciones, de preocupaciones y demás, y la verdad me sentí liviana después de aquella lluvia, más allá de ser otra vez algo delirante para mí. Esa noche había visto mucha gente correr para no mojarse por culpa de la lluvia, me pareció un tanto extraño, y pensé mucho en eso.

Esa noche terminó con muchas preguntas y una nostalgia que no podré olvidar.


Preguntas: Por qué queremos siempre escapar de esa realidad? Por qué preferimos navegar por aquella fantasía? Es así como nos sentimos mejor? Por qué correr de la lluvia? Por qué no ser parte de ella? Es ésta la verdadera realidad?.
Es esto lo que realmente queremos.

Reflexión

-          Kazu Rainz